El aire era limpio y el sol era exclusivamente radiante, una mañana clara, fresca y nueva... Luego de constantes peleas con un antiguo enemigo, el cual tenia una mirada fria y parecia no cansarse de atacarme a pesar de derrotarme en un par de ocaciones, quiza por gusto mio, quiza por fuerza superior suya y debilidad exesiva de mi parte. Mas sin embargo, me preparaba una vez mas por compartir un dia mas a su lado. Dejandome llebar por la cotidianidad de sus embates y su caracter incambiable, mire hacia afuera, aprete mis puños, agache la mirada un momento y me dispuse a luchar de nuevo, solo por la cotidianidad de aguantar un dia mas...
Al levantar la mirada de nuevo lo vi, tras quedarme un rato viendolo, note algo diferente en el, note una mirada que solo se comparaba a una que no habia visto en años; cuando mi enemigo media una menor estatura, su cara no tenia bello facial y sus facciones eran aniñadas; el tambien me miro, luego de un lapso pequeño note que no tenia intenciones de atacarme, su mirada no era fria, giro la cabeza, izo una mueca y al final me sonrio... Fue justo entonces que sospeche lo que pasaba, me pregunte lo que el tanto buscaba de mi todo este tiempo, todos estos años y momentos, al principio solo pense que estaba cansado, que estaba tan harto de mi como yo de el, pero sin embargo su mirada no era esa, habia un destello en sus ojos, estaba listo para decirme algo, algo que solo luchando me haria entender lo que buscaba.
Nunca conforme, siempre con dudas y siempre pensante, una lucha sofocante y llena de momentos crueles, que me llebaron a las mas extremas situaciones, y a diversos finales y comienzos, por los cuales jamas logre parar al guerrero, jamas logre que bajara sus manos por mas que di mis mejores golpes, por mas que lo arroje al suelo, y lo forzaba a quedarse ahi, el siempre se levanto para atacarme, atacarme y cansarme para luego dejarme ahi; confundido, abatido y humillado y en un par de ocaciones agonizando.
Sin luchar, ese dia senti su presion sobre mi, no dejaba de hablarme y susurrarme cosas al oido, cosas que no entendia, cosas que no queria entender, cosas..., Durante varios dias fue igual cada dia me miraba de la misma forma, hacia una mueca y al final me sonreia, para luego seguir con su rutina de "cosas". Fue un dia, harto por su constante insistencia y falta de la cotidianidad a la que me tenia acostumbrado en la que solo se dedicaba a mantenerme alerta e incoforme, que decidi detenerme un momento a escucharlo; al escuchar atentamente, entendi por fin lo que tanto me decia... vi con claridad sus intenciones:
"Mi querido amigo que no puedes dejar de recordar, es hora que te te entregues al destino del que siempre has tratado de escapar, pues los lazos que nos unen hoy son mas visibles y fuertes que nunca, es hora de que hoy hagas realmente tu trabajo y me dejes salir, pues ya no habra mas promesas ni decepciones en tu vida que valgan mas de lo que hoy sientes por esta mujer, la que se es: la mujer de tu vida, sabes muy bien que esa es la variable que tanto necesitas y el afan de creer en tu propia ideologia a terminado por hacerte caer en la falla general que te niegas a aceptar, asi que solo haznos un favor y deja de mirar atras."
Por fin lo comprendi... durante toda mi vida luche contra este enemigo que jamas se rindio, que jamas se debilito solo un poco, pues fueron mi entrenamiento para vivir, para aprender a amar como es debido con todas sus variantes incluidas, y en definitiva para ser una mejor persona.
En resumen toda esta vida batallando entre nosotros, fueron su entrenamiento y preparacion, para que al momento de salir fuera el quien se hiciera cargo de todo y me dejara a mi fuera de esto, pues al decirme lo anterior, por fin comprendi quien era el y que queria, y sin mayores miedos, temores y preguntas, lo mire por ultima vez a los ojos, le hice una mueca y sonrrei para luego dejarlo salir, pues el enemigo al que tanto temi toda mi vida no era el, era yo mismo...
Finalmente te encontre:
Te amo Cristina.
Arturo Estrada